Cuatro culebrus sufrieron en sus carnes la dureza del Infierno cántabro, bajo un sol abrasador y temperaturas que al mediodía rondaban los 35º en los altos de montaña. 
Quien mejor iba preparado y por ello disfrutó más del recorrido fue Viña, que cumplió los 165 kms en 9:58 horas. Mario sufrió con el calor y los calambres que aparecieron en mitad de la prueba, al final 12:31 horas. Veli acusó mucho una gripe mal curada y casi se deja medio pulmón en la ruta y Jose Ramón sufrió los temidos calambres desde el km 50, bastante hicieron con acabar la prueba en 14 horas.
Cita maratoniana que contó con el apoyo de Bada y Riesgo, que tomaron buena nota de la dureza de la prueba. 
Basta decir que de los 3100 participantes en la salida cruzaron la línea de meta 1942 para comprobar lo duro y exigente que son Los 10000 del Soplao. Viña entró el 338, Mario el 1076 y Veli y Jose 1720 y 1721.
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