

Plantel de salida: Viña padre e hijo, Bada, Mario, Sergio, Julio y Riesgo.
A la ruta nos acompañaron e hicieron de guías 4 miembros del grupo Poco a Poco de Mieres, que tuvieron una paciencia infinita con nosotros y se portaron fenomenal y nos enseñaron una zona preciosa de la montaña central asturiana.Os debemos una.
Dejamos los coches en el pueblo de Piñeres. A Cotobello no queda otra que subir por carretera.Es un puerto duro con desniveles que rondan entre el 7 y el 16% de desnivel, que dará mucho juego en la Vuelta,bastante más que el Angliru en mi opinión. Despues del 2º km nos dividimos en 2 grupos en uno de ellos Julio y Mario tiran por delante y en el otro nos quedamos el resto.
Llegamos arriba, donde ya se ven las obras de acondicionamiento del final de etapa del 13 de Septiembre.Nos tomamos una cervecina y continuamos por pistas.A Sergio que llegó arriba con un color azulejo de cocina,le empiezan a volar encima de la cabeza un montón de buitres. Afortunadamente, arriba encontramos a 7 de ellos a menos de 30 metros comiéndose un cadaver, dificílisimo verlos tan cerca, la ruta continua por pista ancha un poco rompepiernas hasta que empezamos a bajar.Sergio sufre 2 pinchazos (a perro flaco todo son pulgas) y Juanjo viña Corral otro,después de una zona rompepiernas, nos ponemos a bajar por pista ancha que nos deja coger velocidad hasta llegar a un barín donde dan unos bocadillos de carne a 1,50 euros.Descanso de 3/4 de hora y bicicleta hasta Piñeres donde nos calentamos un poco y metemos el plato grande para llegar al coche cansados. Justo antes de llegar al coche, a Nacho Riesgo se le rompe el sillín y casí recibe el primer tacto rectal involuntario de su vida.
En definitiva una ruta para recordar por la buena compañía, el paisaje y el clima. Faltó el Cordero a la Estaca pero está apuntado en la lista de cosas pendientes.
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