
Empezamos por la ruta de los Molinos, un auténtico barrizal, donde algún valiente (bueno, más bien inconsciente...) se dedicó a atravesar los riachuelos que nos encontrábamos. Enlazamos con la ruta del agua, ya con menos barro y afrontamos los primeros repechos hacia el Gorfolí. Pinchazo inoportuno, que nos metió el frío en el cuerpo a todos. Subida al picu sin incidencias, salvo José Ramón que tuvo problemas con el cambio. Coronamos, y alguien preguntó por el Belén..."¿qué Belén??...lo traía Bada.." en fin, no hay con quien tratar...
Por entonces algún incrédulo pensaba que Ceñal era un ente, pero apareció con su flamante Cannondale para cerrar bocas...subió como un jabato, y bajando se le notó el cambio de la Tora por la Lefty...ni se despeinó el tío...
Fotos de rigor en la cumbre:


Cada vez la frenada tenía que ser más contundente (aquello se ponía "feo"..) y lo que ahora se apoyaba en el sillín era el pecho...alguno rodó más de una vez ladera abajo y otros con más técnica se dedicaron a sacar fotos (gracias Abraham). Para muestra estas dos fotos que son merecedoras de fondo de escritorio...




Subidón de adrenalina...
A la noche nos esperaba el cachopón del Chigre de Illas y la noche avilesina donde los culebrus tampoco lo hacen mal...
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